Baúl de Historias

Moraleja: Las personas de buen corazón aceptan los consejos; mientras el desobediente lo ignora y corre el solo a su perdición. En la gran jungla los animales vivían siempre de prisa por cualquier situación llegaban tarde a donde tuvieran que ir; el tráfico, el smog y la falta de dormir hacia a los animalitos estar de mal humor. El padre del tigre Ismael la había dado un encargo para llevárselo a su tío incluso le dio un mapa e instrucciones con el cual llegaría a tiempo por que llevaría medicina. A Ismael no le gustaba hacer nada ni mucho menos que le dijeran como debe realizar las cosas además estaba molesto él quería quedarse a jugar por internet. Una vez que se fue a dejar las cosas se encontró una tienda con videojuegos y se quedó un rato a jugar. Después más adelante se encontró con unos amigos, estaban practicando futbol pensó en si practicaba un rato no pasaría nada. Cuando terminaron prosiguió su camino y se encontró con unos compañeros de la escuela

Moraleja: Es más listo el que siembra en verano; pero el que se duerme en la época de cosechar, no es listo y puede perder todo lo que tiene. Después de un largo invierno y una primavera tranquila, la tierra está lista para los mejores frutos. Hay quienes difícilmente pueden levantarse para salir a sus actividades diarias, pero estar entre las sabanas y la cama es más delicioso. Al oso perezoso solo le gustaba burlarse de los demás, el prefería quedarse en casa viendo televisión mientras se rasca la panza. Durante el día sale una vez de su casa y se va a dormir bajo la sombra de un árbol. Realmente no le gusta hacer nada más que dormir. Se paso descansando durante el invierno, primavera y verano a tal grado que por su largo descanso vendió las cosas de su casa para poder alimentarse hasta quedarse sin nada. El oso perezoso se entristeció mucho no sabía cómo solucionarlo, le daba vergüenza acercase a los vecinos era muy incómodo para él, por el simple hecho de andarse burlando de

Moraleja: Los que son perezosos solo les llega la pobreza. El que es justo y trabajador nunca pasa hambre. En una primavera como cualquier otra, donde todos los animales salen a ver y apreciar la naturaleza, se encontraba Alondra una de las abejitas más juguetonas que pudiera existir. Todas las mañanas se levantaba para ver el sol salir, observaba los girasoles muy atentamente para darse cuenta del movimiento que hacen para estar frente al sol. Había algo no tan bueno de ella: trabajar. Todas las abejas se despertaban desde muy temprano a recolectar miel. Su papá y mamá siempre le decían que dejara de andar jugando primero debía terminar sus labores, al parecer no escuchaba a nadie ella prefería irse al campo de flores así nadie la molestaría. La primavera no es eterna llegando pronto el invierno en esta ocasión, mientras su papá y mamá tuvieron que quedarse en otro panal en lo que pasaba el invierno. Fuertes tormentas de nieve azotaron en aquel lugar. La abejita

Conclusión: A través de los libros bíblicos se nos ha dado a conocer con sabiduría y estudios estos planes (misteriosos para algunos). Dios esta hasta en lo inimaginable, el problema es que nosotros nos separamos de Él. Debemos buscarlo con el corazón y alma. Si lo encuentras te ira bien a ti, a tus hijos y a los hijos de tus hijos. El misterio de la humanidad es bello y mágico cuando dentro de ti inicia la inquietud ¿Quién eres, quien te dio la vida, es real lo que te rodea? Aquí inicia la carrera. No te demores investiga desde el día de la creación del hombre busca de un lado a otro del planeta. Al inicio de todo era silencio, ruido, nada era tormentoso para el oído actual muy bello a la vista común como si un ritmo perfecto deleitara todos nuestros sentidos. El misterio de la humanidad es bello y mágico cuando dentro de ti inicia la inquietud ¿Quién eres, quien te dio la vida, es real lo que te rodea? Aquí inicia la carrera. No te demores investiga desde el día de la creaci

Moraleja: Las buenas personas no padecen hambre, en cambio los malvados quedan siempre insatisfechos. Aunque alguien venga de una buena familia, alguno de ellos sin darse cuenta puede tomar otro camino. Esta era una familia de cerditos solo tuvieron dos pequeños hijos, ambos fueron felices desde pequeños, recibieron lo mismo; amor, tiempo, diversión. No existía ninguna preferencia, les daban todo por igual. Uno de los cerditos aprendió a compartir, el otro le costaba mucho trabajo dar o regalar algo. Uno de ellos creció con la idea de ayudar a otros mientras el otro se fue volviendo muy egoísta. Este cerdito egoísta a pesar de no envidiar a nadie empezó a sentir necesidad de sobresalir entre los demás a tal grado de querer acumular cosas y presumir a todos. Cuando se volvió adulto, el cerdito egoísta tuvo grandes bodegas llenas de tesoros, logro tener casi todo lo que él quería. Si veía a alguien pobre se burlaba, con otros, si el cerdito observaba que ellos poseían

Moraleja: Las ganancias que se roban no se aprovechan; una vida justa y honrada te lleva a la buena vida y felicidad. En la aldea del sueño eterno todo parecía ir bien, la gente de esta aldea es muy trabajadora. En una fábrica de sueños laboraba el duende José, era muy activo y entusiasta, casi nunca fallaba por llevar los mejores sueños a la gente de la aldea. Como en todo lugar no siempre se puede vivir de maravilla, el ogro Félix no complacido con lo que tiene fue seducido por la envidia. El ogro era muy gruñón, la paciencia era una virtud con la cual no contaba, sus sueños y deseos decía él: – Tardan mucho en llegarme a pesar que me esfuerzo mucho –. Un día se enteró de lo que tenía el duende José, ambos trabajaban en la misma fábrica, pero el malvado ogro empezó a tenerle envidia, robando algunos sueños que estaban en la fábrica, culpando al duende que él había sido el principal ladrón. Posteriormente lo corrieron. El ogro aprovecho lo que tenían los sueños